Promoción de la autonomía personal y vida independiente
Terapias rehabilitadoras en la enfermedad de Parkinson
Además del tratamiento farmacológico, existen terapias rehabilitadoras dirigidas a aliviar los síntomas y mitigar las consecuencias derivadas de los mismos. Su éxito se basa en su aplicación precoz y mantenida a lo largo de la vida de la persona afectada. El objetivo de este tipo de terapias es conseguir una mayor autonomía e independencia de la persona, con una adecuada realización de las actividades básicas de la vida diaria.
La Asociación Párkinson Burgos dispone de tratamientos integrales centrados y adaptados a la persona, a través de terapias rehabilitadoras y específicas para la enfermedad de párkinson.
Fisioterapia
El ejercicio físico es uno de los pilares de una vida saludable, constituyendo una parte fundamental del tratamiento en la EP. Diferentes estudios han demostrado que el ejercicio en las personas con párkinson aporta beneficios complementarios al tratamiento farmacológico.
El ejercicio diario ayuda a mantener y mejorar la movilidad, la flexibilidad y el equilibrio, así como otros síntomas de la enfermedad como el estreñimiento o las alteraciones del sueño.
El ejercicio puede consistir en caminar, realizar tabla de ejercicios de estiramiento o nadar, entre otros. Es recomendable realizarlo a diario o al menos varias veces por semana, sin que sea extenuante para el paciente.
La fisioterapia puede ayudar a retrasar la progresión de los trastornos motores, permitiendo mayor grado de autonomía para realizar actividades de la vida cotidiana.
Suele ir dirigida:
Mantenimiento de la forma física y la movilidad
Reeducación de la marcha y la postura
Trabajo del equilibrio para evitar caídas (y pautas)
Disminución de la rigidez mediante estiramientos globales y analíticos
Aportar estrategias para salir de los bloqueos de la marcha
Entrenamiento de los cambios posturales (tanto activos como asistidos) para proporcionar independencia funcional
Ejercicios de disociación para mejorar la coordinación de la parte superior e inferior del cuerpo, así como entre hemicuerpos.
Potenciar grupos musculares importantes
Tratamiento de los síntomas dolorosos derivados de la enfermedad
Estimulación cognitiva
La estimulación cognitiva o psicoestimulación en personas con enfermedades neurodegenerativas busca ralentizar el deterioro, potenciando principalmente aquellas habilidades cognitivas que estén preservadas y mantenerlas durante el mayor tiempo posible. La intervención viene guiada por una evaluación y planificación metódica y exhaustiva por el terapeuta de rehabilitación cognitiva o neuropsicológica.
Las actividades y ejercicios deberán ser adecuados para el nivel cognitivo de la persona afectada y orientadas hacia aquellas habilidades que se busque potenciar en dicha persona en particular. Se trabajan áreas tales como la memoria, el cálculo, los procesos de pensamiento abstracto, la atención, las funciones ejecutivas, etc.
Terapia ocupacional
El objetivo de la terapia ocupacional es lograr que la persona con párkinson pueda mantener su nivel habitual de actividades básicas de la vida diaria, tales como el cuidado personal (vestirse, lavarse, comer, bañarse y asearse), u otras actividades diarias (tareas domésticas, compras, gestiones…). El terapeuta ocupacional se encargará de identificar las dificultades que pueda presentar el paciente para el desempeño de dichas tareas y de fortalecer la relación del afectado con su ambiente laboral, social y de ocio.
La terapia ocupacional está encaminada a:
Conseguir que la persona afectada sea lo más independiente y autónoma posible, manteniendo o incluso mejorando su calidad de vida.
Conseguir una correcta higiene y cuidado personal del paciente por sí mismo.
Eliminar barreras arquitectónicas dentro del hogar y el entorno.
Mejorar la comunicación funcional.
Mejorar y/o mantener las habilidades cognitivas (atención, memoria, orientación…).
Facilitar el disfrute de su tiempo libre y la planificación de actividades de ocio.
Mantenimiento del puesto de trabajo por el mayor tiempo posible adaptando las actividades y funciones propias.
Logopedia
El objetivo de la logopedia es lograr una mejora de los componentes del habla y deglución alterados, así como de potenciar al máximo aquellas habilidades conservadas, repercutiendo además de forma beneficiosa en la expresividad facial.
La logopedia suele ir dirigida a:
Entrenamiento respiratorio.
Mejora de la movilidad de labios, lengua, paladar y maxilar para optimizar la articulación y deglución.
Potenciar la intensidad de la voz.
Aprender técnicas para la precisión articulatoria y el ritmo del habla.
Mejora de la hiponímia mediante masajes faciales y movilizaciones activas que disminuyan la rigidez y bradicinesia de la musculatura facial.
Tratamiento y prevención de la disfagia para asegurar, en caso de que existan dificultades para tragar, una deglución segura y eficaz y evitar atragantamientos.
Ejercitar la escritura para recuperar las habilidades básicas y conseguir una letra más legible.
Musicoterapia
Es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover la comunicación, el aprendizaje, la movilización, la expresión u otros objetivos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
La inclusión de la Musicoterapia en el abordaje de la enfermedad de Párkinson, les otorga un mejor estado de ánimo que favorece su calidad de vida ya que:
Agiliza su motilidad general, al estimular el funcionamiento de los neurotransmisores responsables del movimiento: dopamina-serotonina, y favorecer un mejor equilibrio del tono muscular.
Incentiva la risa y el buen humor, brindando una actitud diferente ante los propios efectos de la enfermedad.
Favorece la creatividad y agilidad mental, estimulando una mejor conservación de sus funciones psíquicas y especialmente del lenguaje.
Brinda un momento de optimismo respecto de su propia realidad.
Psicomotricidad
La psicomotricidad es una disciplina que se basa en la concepción integral de la persona.
Engloba el conocimiento, la emoción y el movimiento. Se aplica tanto con personas sanas como con fines terapéuticos.
Trabajamos dos tipos de Psicomotricidad: la fina y la gruesa; en la fina se requiere la coordinación de ojo-mano u oido-mano y la coordinación de músculos cortos como por ejemplo remover la comida de una cacerola, abrochar un botón o peinarnos. La Psicomotricidad Gruesa comprende movimientos más complejos donde se requiere el movimiento y la coordinación de más de un musculo como lanzar una pelota o caminar al ritmo de un determinado ritmo. Se trabaja para fortalecer la musculatura mediante la realización de una batería de ejercicios físicos y relajar a la musculatura trabajada anteriormente.
Todos estos movimientos repercuten de forma positiva en el paciente mejorando y/o manteniendo sus funciones motrices, así como activando positivamente sus emociones a través del movimiento.