Programa de ocio y tiempo libre

La Asociación organiza actividades que pretende fomentar la participación social y disminuir el aislamiento social que sufren muchas de las personas con enfermedad de párkinson.

En la sociedad actual hablar de la enfermedad de Párkinson es hablar sobre un tema que todos conocemos, pero que está lleno de prejuicios, convencionalismos y estereotipos que en la mayoría de los casos no reflejan la realidad de las personas que conviven con esta enfermedad.

Para una persona recién diagnosticada, y con menos de 50 años manejar estos estereotipos puede ser muy complicado, sobre todo cuando entran en juego tras recibir un diagnóstico. Las personas recién diagnosticadas que desconocen la enfermedad y que, por lo tanto, tienen una imagen distorsionada de la misma, son mucho más vulnerables en los primeros momentos, para encajar la diagnosis. Tras el desconcierto y la incredulidad inicial, surge el miedo, la preocupación, la ansiedad.

El desconocimiento acerca de la enfermedad de párkinson se extiende también de forma general entre la sociedad, causando miedos a las personas que lo sufren ante la forma con que se les mira y se les trata. Las barreras (invisibles pero macizas) a las que se enfrentan a diario tanto ellos como sus familiares son numerosas que pueden minar la disposición y el ánimo en ambos, en detrimento de la calidad de vida. Son pequeños gestos casi insignificantes detalles, pero entorpecen y dañan.

Las situaciones antes las que nos enfrentamos, se convierten en graves e incluso dramáticas cuando la persona que desconoce las manifestaciones de la enfermedad es la que se encarga de, por ejemplo, organizar y diseñar actividades de ocio. Cuando las personas con párkinson quieren realizar alguna actividad de ocio en la mayoría de las veces se encuentran que los técnicos que les atienden no conocen la enfermedad de párkinson, no están familiarizados con sus dificultades, ni los espacio es están adaptados a sus necesidades. Todo ello origina que, en la mayoría de los casos, las personas desistan de realizar actividades de ocio y prefieran aislarse en su domicilio.

Las dificultades que se enfrentan en su día a día una persona con párkinson, como son las actitudes derivadas del desconocimiento causan en ellas situaciones y sentimientos de inseguridad, vergüenza, apocamiento, temor, falta de autoestima e incluso y en muchos casos lo más grave aislamiento social.

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