Alimentación y función cerebral

La alimentación tiene dos tipos de influencias en la función cerebral. En primer lugar, el cerebro consume un 20% del total de la energía que necesita el organismo. Su objetivo es mantener la actividad de los millones de neuronas y conexiones. La principal fuente de energía es la glucosa.

En segundo lugar, la alimentación puede ser decisiva en las enfermedades neurodegenerativas. De hecho, es uno de los pocos factores modificables del riesgo y de la evolución de estas dolencias que está en nuestra mano.

¿Qué influencia puede tener la alimentación en estas enfermedades?

  • En primer lugar, la alimentación puede modificar el riesgo de sufrirlas en el futuro.

  • En segundo lugar, ciertos alimentos pueden ejercer efectos neuroprotectores y mejorar la evolución clínica de la enfermedad.

  • En tercer lugar, la alimentación puede ser clave en su pronóstico

  • En cuarto lugar, ciertos alimentos pueden mejorar los síntomas de la enfermedad directa o indirectamente.

Alimentación y riesgo de Párkinson y alzheimer.

Los estudios epidemiológicos indican que la exposición a pesticidas, herbicidas y metales pesados aumenta el riesgo de sufrir EP en el futuro. También se ha encontrado una relación inversa entre el tabaco, el consumo de AINES o la actividad física moderada. Entre los alimentos estudiados se ha comprobado que el consumo moderado de café, té verde y curry Pueden reducir el riesgo de sufrir EP. No se ha observado relación con las grasas y ácidos grasos, hierro, vit E y C, vit B6, B12 y fólico. Una relación curiosa es la observada con la hiperuricemia, entidad con la que hay una relación inversa.

Además, la dieta mediterránea ha demostrado reducir el riesgo de alzheimer y parkinson. La dieta mediterránea se elabora a base de aceite de oliva virgen, pescado rico en ácidos grasos omega 3, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y vino tinto en bajas cantidades (el vino es un producto rico en resveratrol un antioxidante muy potente). El estudio de los profesionales de la salud se llevó a cabo en USA en 130.000 personas incluidas desde 1984. Analizaron el índice de dieta saludable y dieta mediterránea según dos patrones dietéticos (el prudente, rico en frutas, verduras y pescado y el occidental rico en carnes). Observaron que el riesgo de alzheimer y parkinson era menor en seguidores del patrón prudente. También se ha visto esta reducción del riesgo en otros grandes estudios poblacionales.

Los flavonoides también reducen de modo significativo el riesgo de parkinson y alzheimer. Son un antioxidante poderoso y están presentes en frutas y verduras “de color” como tomates, zanahorias, manzanas, frutos del bosque…

Por el Dr. Linazasoro

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