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Necesita cerca de 300.000 para pagar la construcción del que será un nuevo centro de referencia de Castilla y León
En septiembre ya estarán disfrutando de las instalaciones
Han llamado a decenas de puertas, han realizado campañas solidarias y han pedido ayuda económica por varias vías, pero no han conseguido, ni mucho menos, cubrir el presupuesto del centro de atención integral para enfermos de Parkinson. Por eso, y aunque el «auxilio» ya se ha pedido en anteriores ocasiones, la asociación vuelve para preguntarse dónde está la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las empresas burgalesas.
Y es que, de los casi 500.000 euros que cuesta la construcción de este centro, cerca de 300.000 están sin cubrir. El Ayuntamiento comprometió, y aportará a lo largo de este mes de julio, 100.000 euros. Con esa cantidad y la recaudada con la campaña #CadaLadrilloCuenta y la de las empresas se llegan a cubrir casi 200.000 euros del presupuesto. «Sólo están colaborando los ciudadanos» lamenta la presidenta de Parkinson Burgos, María Jesús Delgado. Y es el pilar de las compañías el que más altera la previsión inicial de Parkinson Burgos.
El patrocinio de salas y la colaboración en el mural del acceso al centro han sido del todo insuficientes, por lo que la asociación pide, una vez más, que las empresas burgalesas colaboren en la financiación de un centro que atenderá a 127 personas a diario y que estará a la vanguardia de toda la comunidad. No obstante, Delgado recuerda que las empresas disfrutan del máximo beneficio fiscal si participan en esta causa.
Parkinson Burgos atiende a diario a 127 usuarios con 16 trabajadores
Pero también lamentan que la Junta de Castilla y León no subvencione de manera directa este centro, ya que permitirá una atención integral de personas con Parkinson, complementando los servicios de la sanidad pública. De hecho, según explica Delgado, las últimas esperanzas para encontrar financiación estaban en la Junta, pero tras una reunión infructuosa con el gerente de la Consejería de Familia e Igualdad, sólo consiguieron que se incluyera un programa de ayuda más, a través de lo recaudado con la Declaración de la Renta. Esto supondrá un ingreso extra de unos 20.000 euros, prevé la presidenta, lo que ni se acerca a los 100.000 euros con los que esperaba que participase la institución regional, más allá de la propia cesión de la parcela en el Hospital Universitario.
«La Junta no tiene partidas para obra nueva», lamenta Delgado, quien se ve avocada a pedir un crédito de 150.000 euros -lo máximo que le pueden aportar las entidades financieras sin involucrar a las familias que forman parte de Parkinson Burgos. En este sentido, Delgado explica que la asociación está saneada y que el presupuesto anual, que ronda los 330.000, no permite generar ahorro. Por eso, la representante defiende que no puede subir la cuota a los usuarios, que ya sufragan el 65% de los tratamientos que reciben, y tampoco puede poner en riesgo el salario de 16 trabajadores y los gastos corrientes del día a día.
En este contexto, a un mes de pueda estar completada la obra, Parkinson Burgos sigue necesitando una importante suma de dinero y las reuniones con los empresarios siguen sucediéndose. De hecho, la directiva de Parkinson Burgos se volvió a reunir con la FAE, para que desde la Confederación se anime a los asociados a participar en el patrocinio de esta buena causa.
Traslado
Aún con todo, desde Parkinson Burgos mantienen su previsión de traslado durante las últimas semanas de agosto y las primeras de septiembre para que todos los usuarios, que son actualmente atendidos en el Graciliano Orbaneja y el barrio de Cortes, pasen a compartir un espacio mucho mejor acondicionado. «Están superilusionados», explica Delgado, que reconoce que los servicios y usuarios habían crecido tanto que no cabían en las que pronto dejarán de ser las instalaciones en las que se ofrecía un hilo de luz a la enfermedad. Ahora se la pasará a plantar cara desde un centro mucho mejor equipado.